lunes, 30 de noviembre de 2015

Ni tan tan, ni tan poco… (II)



La Biblioteca Central de la Universidad excluye de sus servicios
 a los estudiantes ciegos por no poseer bibliografía en braille.  
Foto: Elio Mirand

Limpiando los caminos 

Cuenta Olga Pérez Soto, jefa de la Dirección Docente Metodológica de la UH, sobre una de las acciones favorecedoras para estos estudiantes, recogida en el reglamento docente mediante resoluciones y dictámenes.

«Según el caso —expresa Pérez Soto— se permiten ajustes en los planes de estudio en pos de flexibilizar determinada asignatura que represente un "sin sentido", como la Educación Física para quienes tienen deficiencias motoras; o cuando se trata de alguien con alto rendimiento aplicable ­también a otros educandos pues muchos de estos alumnos resultan excelentes académicamente».

Además se implementan otras fórmulas debido a convenios entre el Ministerio de Educación Superior y otras entidades, a las personas ciegas que se incorporan a este nivel educativo se les otorga, en calidad de préstamo, una laptop con sistema braille y programas de altavoz, con el fin de potenciarles el acceso a documentos y desarrollar sus competencias tecnológicas a la par del resto.

«Los profesores —refiere Yanisbel Márquez— se muestran bastante sensibles con el tema, al menos en la Facultad de Psicología. En mi año estudió una muchacha ciega y si había que hacer "un pare" en determinada clase, no mostraban inconveniente».

Los casos vinculados con la locomoción y la visión son más recurrentes en el ámbito estudiantil; se manifiestan menos aquellos que implican la sordera y la hipoacusia. No obstante, cuentan con oportunidades materializadas en los intérpretes de lengua de señas cubanas.

«Precisamente es esta una de las principales disposiciones del Ministerio de Educación (Mined) y del Gobierno cubano en conjunto con la Asociación Nacional de Sordos e Hipoacúsicos (ANSOC) y otras instituciones», sostieneYoel Moya, subdirector de investigaciones del Centro Nacional de Superación y Desarrollo de las personas sordas (Cendsor).

«Una vez que el alumno con limitaciones auditivas se incorpora a la educación general, dispone de un intérprete para apoyar su aprendizaje en todos los niveles educacionales», reafirma Moya.

Como ejemplo de ello, actualmente la Facultad de Lenguas Extranjeras de la UH, posee una maestrante de Lingüística Aplicada que es sorda profunda y acude a cada uno de los módulos de posgrado con una persona dedicada a la interpretación de los conocimientos.

Sin embargo en esta, como en otras acciones de ayuda a personas con discapacidad, siguen quedando espacios vacíos.
  
Continuará...

*Publicado por la periodista Dainerys Mesa Padrón, Revista Alma Mater.

(http://www.almamater.cu/revista/ni-tan-tan-ni-tan-poco-0)

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