lunes, 16 de noviembre de 2015

Ni tan tan, ni tan poco… (I)


                                                                                
Rampa  de la Facultad de Psicología de la
Universidad de La habana Foto: Elio Mirand

 Fotos: Elio Mirand y Richard

Los estudiantes con discapacidades (no intelectuales) que ingresan a las universidades cubanas no necesitan ni subvaloraciones, ni sobrevaloraciones. Demandan comprensión, inclusión y planificación a partir de las características que los hacen diferentes.


Cinco años en la universidad, incluso con todas las facilidades para estudiar, sin dedicarse a otros menesteres como el trabajo, sin cargar la mente con preocupaciones ajenas a los libros, resulta un periodo complejo en la vida de cualquier joven.

Cinco años en la universidad con una discapacidad físico-motora, ceguera o problemas agudos de visión, dificultad auditiva o sordera profunda representan, más que una carrera profesional, una de obstáculos de carácter olímpico.

Yanisbel Márquez Alonso, máster en Psicología Clínica, profesora en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Agraria de La Habana (UNAM), atestigua la sensibilidad, los avances y también los olvidos que completan el paso de alguien discapacitado por la enseñanza superior.

Yanisbel Márquez Alonso  
Programa Pastoral de
 personas con discapacidad
  Foto: Richard

«No es justo que muchas personas con estas características y posibilidades de realizarse profesionalmente no opten por ello debido al acceso, a la bibliografía o la interpretación, o que lo hagan, pero luego desistan», argumenta la joven.

Si bien la estrategia de orientación vocacional, como explica Rita Roldán, metodóloga de la Dirección Docente Metodológica de la Universidad de La Habana (UH), «capta a los estudiantes por su amor a las profesiones, sin importar sus discapacidades», los mecanismos para incentivar a este grupo de muchachos y muchachas adolecen de planificación.

No se suele estimular, conscientemente, la entrada de personas sordas, ciegas o en silla de ruedas a las casas de altos estudios en el país, aunque una vez allí se busquen las alternativas para que obtengan su título de egresados con satisfacciones.

Continuará...

*Publicado por la periodista Dainerys Mesa Padrón, Revista Alma Mater.

(http://www.almamater.cu/revista/ni-tan-tan-ni-tan-poco-0)

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