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lunes, 7 de septiembre de 2015

MITOS SOBRE LA SEXUALIDAD FEMENINA II


   
La mujer debe ser sexualmente pasiva
¿Qué quiere decir esto? Años, siglos de desigualdad y sumisión han metido en las mentes femeninas que deben esperar por la iniciativa del varón y asumir en la relación sexual una actitud pasiva o de complacencia.
Con la creencia de este injusto mito muchas mujeres asumen su sexualidad con resignación. Como decía en una ocasión una lectora :”Cuando mi marido tiene deseos, yo tengo que acceder, aunque no tenga el menor interés en ese momento. Pero lo hago para que no se me vaya”.

Las mujeres que asumen su sexualidad sin mitos, tabúes o prejuicios, llevan una vida sexual activa e ,indistintamente, uno u otra ,toman la iniciativa o recrean el encuentro de manera espontánea, sin crear en el hombre esa expectativa-presión que significa que él siempre tiene que llevar la voz cantante.

La sexualidad termina con la menopausia

La pérdida de la menstruación solamente marca el fin de la vida fértil. A partir de entonces, ya no se puede tener hijos, pero de ninguna manera, marca la terminación del deseo y necesidades sexuales. En investigaciones recientes, realizadas en diversos países, se ha comprobado que muchas mujeres ,por el contrario, disfrutan más sus encuentros sexuales que antes y entre las razones de peso se encuentra la tranquilidad de saber que ya no quedará embarazada.

Sólo en la juventud se goza de una buena sexualidad

El gran prejuicio de nuestra cultura impide aceptar que la mujer madura y añosa es sexualmente tan aceptable y deseable como la mujer joven, afirma en su libro “Hacerse mujer”, María Luisa Lerer, una especialista del tema. Y agrega que los medios de comunicación tienen su porción de responsabilidad en esto, al presentar siempre a la sexualidad-genitalidad unida a cuerpos jóvenes y hermosos. Así van convenciendo a la mujer que el placer sexual es propiedad de los físicos privilegiados. Con tales condicionamientos no es difícil que la mujer mayor crea que el erotismo, ya para ella, es algo vergonzante. Que, sencillamente, pasó su tiempo.

Sin embargo, añade la especialista, lo que resulta sexualmente atractivo y estimulante a los varones es aquella mujer que se mueve con sensualidad y seguridad dentro de su propia piel. No hay nada más seductor que la mujer que se ama a sí misma. Y termina diciendo algo muy cierto: no existen patrones para medir el atractivo sexual porque en ese mundo, para gustos se han hecho colores…



 *Escrito por Aloyma Ravelo

lunes, 31 de agosto de 2015

MITOS SOBRE LA SEXUALIDAD FEMENINA I


Cuando las mujeres dudamos de nuestros atractivos, escondemos el cuerpo, arqueamos los hombros, nos volvemos rígidas y poco sensuales, entramos en un terreno que no debemos pisar nunca: el aniquilamiento de nuestro propio erotismo.

Tendría yo unos 8 ó 10 años, cuando un día veo a mi abuela poner la escoba detrás de la puerta de la calle. Sorprendida, le pregunto por qué la colocaba ahí si ese no era su puesto. Caminando, con aquel balanceo tan típico en ella, me contesta:”Déjala, no la toques. Hoy no quiero que venga visita. Tengo la cabeza mala”.

Un tiempo después, voy a casa de mi tía Naty, una mujer que entonces me parecía entrada en años –hoy seguro que no–, y observo en su cuarto la imagen de San Antonio, puesto de cabeza. “Tía, pobre santo”, le digo. Ella, un tanto molesta, detiene su mirada en aquella imagen de yeso y arremete:”Así tiene que estar, a ver si me acaba de conseguir un marido ¡urgente!

Ah… ¡el universo de los mitos! Esas falsas creencias, transmitidas de boca en boca y que, asombrosamente, muchas de ellas siguen sentadas en el trono de las grandes verdades. A veces, la gente se las apropia como una especie de consuelo, como es el caso de mi tía quien se pasó años con el trajín de San Antonio. Al fin, se vino a casar cerca de los 40, mucho después que la vieja imagen se había hecho añicos de tanto estar colgada.

Cientos de mitos le dan la vuelta al planeta y, en alguna parte de este mundo, alguien cree en ellos. Muchos, han caído en desuso debido, en particular, al avance de la ciencia y la técnica y al desarrollo educacional e informativo de las personas. Pero otros aún encuentran oídos receptores. Quizás una de las áreas donde ha existido y existe un fuerte entramado de mitos es en la esfera de la sexualidad humana.

Veamos algunos de los que aún hoy tienen gran público:

La capacidad y el deseo sexual de la mujer son menores que las del varón

Tal errónea creencia se escucha no sólo en boca de hombres, sino en boca de las propias mujeres quienes realmente piensan que ellas tienen menos necesidades sexuales . Tan dañino supuesto perjudica, obviamente, el desarrollo y el disfrute de la sexualidad, así como una relación de pareja mucho más enriquecedora.

Como ya dijimos anteriormente, lo único que resulta distinta es la respuesta sexual de mujeres y hombres. Pero nada tiene que ver con el nivel de excitación, la frecuencia y las necesidades sexuales que sí son las mismas.

Tener más o menos capacidad erótica responde a las distintas características educativas, personales y sociales y no a diferencias de sexo.

Continuará...

*Escrito por Aloyma Ravelo

lunes, 24 de agosto de 2015

DARSE A VALER



Acostúmbrate desde niña a pensar en grande. A darte valor y reconocer tus méritos y cualidades. No priorices a tu novio siempre ni que tu gran anhelo se convierta en: “el día que me quieras”… Nunca supliques amor ni te dejes dominar o violentar. Quien se humilla, será irremediablemente humillado. 

Siempre he intuido –y hoy estoy convencida de ello—que la autoestima o la falta de ella, ejerce un poder modelador prácticamente definitivo en la conducta de las personas. Educa tu autoestima y te harás el mejor regalo. 

QUÍERETE MUCHO : Para fortalecer la autoestima no hace falta nivel universitario ni siquiera gran instrucción, solamente es necesario recordar que pocas veces reconocían en casa nuestra sagacidad o ingenio; que el hermano varón era superior a ti, por el simple hecho de ser varón y que cuando te daba por jugar también al fútbol u otro deporte calificado de masculino, enseguida había quien cuestionaba tu feminidad.

Afirman los expertos que la forma en que se trata a las niñas, tiene una importancia capital pues, se sabe, existe una marcada relación entre independencia y capacidad intelectual, sobre todo, en el espacio del pensamiento analítico. Me refiero particularmente, a la capacidad de considerar los problemas en términos globales, aplicar los principios generales a los casos concretos y valerse del razonamiento y el análisis para resolverlos.

Actualmente resulta esencial –vital, para ser más exacta– que las madres y los padres fomenten la independencia en la hija y abriguen expectativas favorables en torno a ella. !Es tan importante la aprobación de los demás en la niñez! Tan necesario resulta el ánimo, el embullo para que vaya creyendo en ella misma que, en mi criterio, alcanza la condición básica de comer y dormir.

El conformismo, la pasividad, la dependencia generan mujeres incompletas, quejosas, que se deprimen fácilmente. Promueven, sin dudas, disfunción espiritual. Es asunto del siglo 19, ni siquiera del 20, que la mayor aspiración de la mujer es ser madre. Y su manera más “natural” de manifestarse, la indefensión. Hace mucho, y con buenas razones, la mujer, se debate en el mercado laboral y enfrenta las competencias, conocimientos y habilidades para alcanzar éxito y reconocimiento social.
 
Rivalizar con un hombre, a veces “macho, varón, masculino” sino se está cargada de toda una serie de atributos sustanciales que nacen o se promueven a partir de una buena estima, la lucha es tan desigual que aniquila o deja exhausto al cuerpo y la psique más resistente.

Por todas estas razones, el mayor y mejor favor que podemos hacerles a nuestras niñas es nutrirlas de la fuerza que da el sentirse amadas, estimuladas como una colibrí al viento. Los frenos, las amarras y represiones, laceran el espíritu y destruyen hasta la imaginería que tanto vigoriza de pequeñas.

Y nada que temer. No va a morir la feminidad por ello.
    


*Escrito por Aloyma Ravelo