jueves, 7 de julio de 2016

Masculinidades más cercanas a la comunidad



Por Lisandra Chaveco y Jesús Muñoz

Superación, nuevos proyectos y futuras acciones de intervención en la comunidad fueron algunos de los temas abordados por la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (Riam), en el taller de actualización de metodologías, celebrado este 30 de junio en el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”.
Durante el intercambio, integrantes y colaboradores diseñaron la nueva agenda de la organización para el próximo semestre y definieron los ámbitos de trabajo a mediano y corto plazo.
Entre las acciones inmediatas se acordó presentar en septiembre próximo un Manual de Buenas Prácticas de Masculinidades, documento que sistematizará lo realizado en talleres, charlas, conferencias, investigaciones e intercambios.


El volumen, que recogerá la experiencia de una casi una década de trabajo, constituirá una herramienta valiosa para el grupo y todas las organizaciones e instituciones que apuesten por fortalecer su labor de capacitación, formación y trasformación social con una mirada enfocada en los hombres y la vivencia de su masculinidad.
De igual modo se prevé que el folleto sirva de guía para abordar las masculinidades en los diferentes proyectos de la Cooperación Suiza en Cuba y América Latina en temas como violencia, arte, salud, deporte, paternidad, educación, derecho y sexualidad.
El encuentro permitió además compartir los aprendizajes de recientes estancias académicas y de activismo en el Congreso de la Asociación Latinoamericana de Ciencias Sociales (Lasa), evento al que asistieron la periodista Lisandra Chaveco y los historiadores Enmanuel George y David Llanes. Asimismo, el comunicador Jesús Muñoz compartió los principales resultados de su visita a la Asociación de Mujeres “Por la Igualdad” de Ógiva, el Centro de Información a la Mujer de la Mancomunidad de Río Monachil y el Grupo de Hombres por la Igualdad de Granada.


Quisicuaba: puertas abiertas a las masculinidades

La Riam también apuesta por acercarse aún más a la comunidad y establecer alianzas con otras iniciativas como el Proyecto Sociocultural Comunitario “Quisicuaba” y la Plataforma de Participación y Equidad (PyE).
“Hemos logrado la formación y que haya una visión crítica de las masculinidades y sus expresiones en Cuba, ahora hay que ir y tocar de cerca lo que sucede en las comunidades cubanas y de otras naciones de América Latina”, subrayó el Doctor Julio César González Pagés, Oficial de Género de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) y asesor de la Riam.
Para el experto, “existen capacidades académicas bien formadas en la temática, pero faltan algunas habilidades comunicativas y metodológicas para trabajar en espacios tan complejos y diversos como los barrios y escuelas, que son muy diferentes a las aulas universitarias”.
El historiador y antropólogo insistió en que “las personas involucradas en las plataformas y proyectos deben colocar lo aprendido al servicio de la sociedad, para que lo investigado tenga verdadera utilidad”.
Sobre su rol de la cooperación internacional, el autor del libro “Macho, varón masculino. Estudios de Masculinidades en Cuba”, afirmó que su función no es llegar a las comunidades con una agenda hecha, sino ajustarse a las necesidades de las personas y acompañar los procesos de cambio positivo”.
Al referirse a Quisicuaba, González Pagés remarcó que el proyecto “le ha devuelto la dignidad a muchas personas”.
La iniciativa enclavada en la populosa barriada de Los Sitios, en el municipio Centro Habana, “constituye un espacio de reinserción social, que realiza acciones sociales no religiosas y sin fines de lucro”, explicó Andrey Hernández, encargado de la estrategia de comunicación.
El investigador precisó que su labor está centrada en temas como diversidad cultural, promoción de salud, prevención de las enfermedades de transmisión sexual y VIH- Sida, tercera edad, atención a madres solteras, personas exreclusas y jóvenes, abordados todos desde una perspectiva de género.
De igual modo, subrayó que “todo lo que se hace tiene en cuenta el color de la piel como una dimensión importante, pues el 80 por ciento de la población de este lugar es negra o mestiza y esas mismas proporciones o más las encontramos en las escuelas”.
Desde hace más de una década, el espacio convoca a charlas, talleres, conferencias, encuentros, actividades culturales y deportivas y también cuentan con una maestría acreditada por la Universidad de La Habana, agregó Hernández.
Según comentó, la Riam y Quisicuaba pudieran establecer una estrecha colaboración en temas de prevención de violencia y masculinidades en el ámbito educacional, sobre todo en la escuela de oficios de la localidad.
“Se está intentando realizar una labor fuerte en la escuela de oficios de la localidad, donde son comunes las actitudes y conductas violentas entre en estudiantes, profesores, e incluso involucran a familiares”, sostuvo Andrey.
En ese sentido, el Doctor Enrique Alemán, director del proyecto, expresó que “en Cuba se ha extendido la idea de que las escuelas de oficios son para acoger a adolescentes que provienen de familias disfuncionales, con problemas de violencia, drogas, prostitución, y una manera de que esa parte de la juventud no se quede en la calle”.
El estudioso acotó que “en ocasiones se envían allí a maestros y maestras que no poseen la preparación adecuada y que también reproducen los códigos o conductas negativas”.
A su juicio, “el enfoque debe ser otro, para conseguir que ese espacio de formación sea positivo en las vidas de quienes pasan por allí y que de verdad sean útiles en el futuro”.
“Hay reconocer el valor social de labores como la carpintería, plomería, electricidad, porque sabemos bien cuán difícil es encontrar a alguien con preparación y conocimientos para realizar estos trabajos”, puntualizó.
“Estas escuelas no deben ser la última opción en cuanto a opciones formativas”, concluyó el también presidente de la Federación de Espiritistas de Cuba.
Por su parte, Geydis Fundora, profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), insistió en la necesidad de “reivindicar que las escuelas de oficios son necesarias y que debemos verlas con una mirada alejada del estigma y la discriminación”.
La también coordinadora de la plataforma Participación y Equidad (PyE), manifestó su interés por trabajar de conjunto con Quisicuaba y la Riam, porque “más allá del análisis académico y los encuentros entre personas que estudian temas afines, queremos realizar acciones concretas para transformar realidades”.
Fundora informó que PyE “es un espacio de encuentro entre organizaciones, instituciones, proyectos para contribuir a reducir las brechas de equidad en cuestiones esenciales para el desarrollo de la sociedad cubana como son el empleo, ingresos personales, ejercicio de la participación, distribución de los recursos, entre otros tópicos.
“Trabajamos con los gobiernos municipales para que sus agendas de desarrollo contengan demandas de los grupos en posición de desventaja social y otra gran línea se basa en el contacto directo con las personas”, detalló.
La Riam, Quisicuaba y PyE comienzan una nueva etapa de colaboración en la que las investigaciones académicas realizadas en materia de masculinidades y otros temas se pondrán a disposición de las comunidades.

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