lunes, 31 de agosto de 2015

MITOS SOBRE LA SEXUALIDAD FEMENINA I


Cuando las mujeres dudamos de nuestros atractivos, escondemos el cuerpo, arqueamos los hombros, nos volvemos rígidas y poco sensuales, entramos en un terreno que no debemos pisar nunca: el aniquilamiento de nuestro propio erotismo.

Tendría yo unos 8 ó 10 años, cuando un día veo a mi abuela poner la escoba detrás de la puerta de la calle. Sorprendida, le pregunto por qué la colocaba ahí si ese no era su puesto. Caminando, con aquel balanceo tan típico en ella, me contesta:”Déjala, no la toques. Hoy no quiero que venga visita. Tengo la cabeza mala”.

Un tiempo después, voy a casa de mi tía Naty, una mujer que entonces me parecía entrada en años –hoy seguro que no–, y observo en su cuarto la imagen de San Antonio, puesto de cabeza. “Tía, pobre santo”, le digo. Ella, un tanto molesta, detiene su mirada en aquella imagen de yeso y arremete:”Así tiene que estar, a ver si me acaba de conseguir un marido ¡urgente!

Ah… ¡el universo de los mitos! Esas falsas creencias, transmitidas de boca en boca y que, asombrosamente, muchas de ellas siguen sentadas en el trono de las grandes verdades. A veces, la gente se las apropia como una especie de consuelo, como es el caso de mi tía quien se pasó años con el trajín de San Antonio. Al fin, se vino a casar cerca de los 40, mucho después que la vieja imagen se había hecho añicos de tanto estar colgada.

Cientos de mitos le dan la vuelta al planeta y, en alguna parte de este mundo, alguien cree en ellos. Muchos, han caído en desuso debido, en particular, al avance de la ciencia y la técnica y al desarrollo educacional e informativo de las personas. Pero otros aún encuentran oídos receptores. Quizás una de las áreas donde ha existido y existe un fuerte entramado de mitos es en la esfera de la sexualidad humana.

Veamos algunos de los que aún hoy tienen gran público:

La capacidad y el deseo sexual de la mujer son menores que las del varón

Tal errónea creencia se escucha no sólo en boca de hombres, sino en boca de las propias mujeres quienes realmente piensan que ellas tienen menos necesidades sexuales . Tan dañino supuesto perjudica, obviamente, el desarrollo y el disfrute de la sexualidad, así como una relación de pareja mucho más enriquecedora.

Como ya dijimos anteriormente, lo único que resulta distinta es la respuesta sexual de mujeres y hombres. Pero nada tiene que ver con el nivel de excitación, la frecuencia y las necesidades sexuales que sí son las mismas.

Tener más o menos capacidad erótica responde a las distintas características educativas, personales y sociales y no a diferencias de sexo.

Continuará...

*Escrito por Aloyma Ravelo

No hay comentarios:

Publicar un comentario